The Time is Always Now (Pink Floyd)

Esta obra es una meditación visual sobre el tiempo, la vida, la creatividad y la conciencia. Inspirada en la música, la filosofía clásica y la psicodelia, transmite un mensaje claro y urgente:
el presente es la única realidad verdadera, y es ahí donde reside nuestro poder.

La pieza nos invita a detenernos y reflexionar. No solo a mirar, sino a tomar conciencia: de este instante, de nosotros mismos y de la fugacidad del tiempo.

Fragmentos como “Help”, “Wish you were here” y “Shine on, you crazy diamond” evocan la soledad del ser, el anhelo de conexión y la chispa única de cada individuo en la vastedad del cosmos.

El prisma icónico —una referencia visual al álbum The Dark Side of the Moon— es más que un guiño musical. Funciona como metáfora de la transformación: la luz blanca de la unidad que se fragmenta en el espectro completo de la experiencia humana. Habla de percepción, de multiplicidad y de los múltiples colores de la conciencia.

Esta obra es tanto una declaración artística como un recordatorio existencial:
Estás aquí. Ahora. Este momento es todo lo que hay.